jueves, mayo 29, 2008

Máquina del tiempo.

Quisiera tocar un botón y volver el tiempo atrás. Para volver a vivir todo. Y sin embargo, no cambiar nada. Qué absurda y estúpida parezco.
Son todos elementales, así no me gusta.

ÉL

Yo me encremaba por vos; me perfumaba por vos; me vestía para vos; y no me ponía color en los labios, porque no te gustaba.
Y no me alcanza con que me digas: estás hermosa.
No quiero tu ausencia, tampoco tu desinterés.
Dije que hasta acá llego yo!!... por qué no lo entiendo de una puta vez?.

Oasis dominguero.

Domingo corriente.
Yo con una super taza de té de frutilla, disfrutando de los mini alfajores Jorgito blancos, leyendo algo para la facultad, escuchando música que te hace llorar, y viendo cómo él se pone "no disponible" apenas se conecta.
No quiero que empiece la semana, necesito estar así unos días más.
(en realidad necesito hacer cucharita toda la tarde.)

De luces y de amigos

Últimamente estoy cansada de mis amigas.
Una de ellas empezó a trabajar, y me dijo que hoy no nos vemos porque "está muy cansada"; cada vez que me llama, termina con un "te tengo que cortar, porque estoy preparando cosas para el laburo". Y lo peor de todo: pasan los meses y ni una sola pregunta del tipo ¿cómo estás amiga?, O frases como "tengo ganas de verte". En fin, está inmersa en un lago de papeles y yo como siempre, tengo que entender.
La otra está enamorada de un idiota que sólo quiere mil mujeres en su lecho. No para de hablar de él, de escupir inestabilidades tales como "ay... lo odio. Ay... lo amo. Ay...". Cada salida es una ocasión ideal para evocar recuerdos. "Acá vine con él, éste colectivo me deja a una cuadra de su casa, hoy cumpliríamos tantos días."Ya sé que tengo que escucharla, contenerla y todo eso. Pero llama, lo vuelve a llamar, le dice que lo necesita. Y después se arrepiente. Y vuelve a llorar, y vuelve a sufrir.
Omitiendo relatar los hechos poco sustanciosos de mis otras amigas, que refuerzan mi fastidio, concluyo en que las adoro. Pero, por momentos, no las soporto.

Viernes de gloria

Amo los viernes. O al menos los amaba.
Últimamente son aburridos, angustiantes y poco constructivos.
No me gusta que te quedes dormido viendo Diario de una Pasión, que no traigas postre, y que me quieras hacer dormir. Yo no quiero dormir!
Quiero que nos besemos, nos revolquemos, enrosquemos la funda de mi futón, que comamos frutillas con crema; acariciarte, morderte, descubrirte. Agotarme. Y ahí sí podés decir que me amás.
No antes. Te lo pido.
Me cansé de usar señales, ahora estoy lejos.
Y no quiero soñar más con vos... YO YA elegí un camino. A ver si mi inconciente capta éste mensaje de una vez!.
(Mimos. O un abrazo. Eso esperaba. )

Llegando lejos. Stop.

Yo todavía creo en los cuentos de princesas. O eso supongo.
Aunque el castillo sea un monoambiente y en un piso 13, el mateo un auto que haya que empujar, y notes que el galán (ese que tiene que tener un traje blanco) demuestra ser un sapo. Que, aún sapo, te encanta.
Hoy (y desde hace casi cinco meses) descubro que ese potencial renacuajo, no se me va de la cabeza.
Tal vez esté obsesionada y tenga que reaccionar. Pero no me sale.
No puedo evitar pasar por su casa, aunque tenga que hacer 20 cuadras más a la redonda; sólo para ver su auto siempre mal estacionado y con las luces encendidas. Y seguir.
Ni dejar de escuchar esos temas pegajosos que antes odiaba. Quiero concluir aquella charla en la que no entendió nada.
Me agota esperar una llamada , estar horas frente a la pantalla esperando que su muñequito de msn se ponga verde; que cambie las fotos de su perfil, que me diga: "mi vida sin vos, va mal."
Pero no. Ni me llama, ni me escribe, ni se esfuerza por saber por qué pasó lo que pasó, ni se saca más fotos conmigo, ni nada de nada.
Entonces, basta Rapunzel. Regalá tus mechas, y pasemos a lo bueno. Ese sapo ya no quiere tus besos.-